La TCC está enfocada en la manera en la que nuestro pensamiento (diálogo interno) afecta la forma en cómo nos sentimos y en cómo actuamos.
Algunos de nuestros aprendizajes que hemos adquirido a lo largo de la vida, nos ayudan a sentirnos bien, a relacionarnos de manera adecuada y a lograr lo que nos proponemos.
Otros en cambio, nos pueden generar rabia, dolor, dañan nuestra autoestima o nuestras relaciones interpersonales.
Una parte importante de la terapia es aprender a identificar los pensamientos que nos generan malestar, reconocer qué es irracional o incorrecto de estos pensamientos y substituirlos por otros que sean más adecuados y ajustados a la realidad, lo que conducirá a una mejora de las emociones y en consecuencia, también a un comportamiento más adaptado y saludable. Por tanto, si a lo largo de nuestra vida hemos aprendido actitudes, creencias o estrategias inadecuadas, las podemos “desaprender” y aprender otras nuevas que nos ayuden a tener un mayor bienestar.
Algunos de nuestros aprendizajes que hemos adquirido a lo largo de la vida, nos ayudan a sentirnos bien, a relacionarnos de manera adecuada y a lograr lo que nos proponemos.
Otros en cambio, nos pueden generar rabia, dolor, dañan nuestra autoestima o nuestras relaciones interpersonales.
Una parte importante de la terapia es aprender a identificar los pensamientos que nos generan malestar, reconocer qué es irracional o incorrecto de estos pensamientos y substituirlos por otros que sean más adecuados y ajustados a la realidad, lo que conducirá a una mejora de las emociones y en consecuencia, también a un comportamiento más adaptado y saludable. Por tanto, si a lo largo de nuestra vida hemos aprendido actitudes, creencias o estrategias inadecuadas, las podemos “desaprender” y aprender otras nuevas que nos ayuden a tener un mayor bienestar.
La TCC se centra en problemas y dificultades del "aquí y ahora".
Para la terapia cognitivo-conductual no es tan necesario buscar en el pasado
el “por qué” de un problema para solucionarlo. Lo que es necesario es
saber cómo funciona el problema, cómo se mantiene en el presente y cómo se
puede solucionar.
En la terapia es esencial que la persona se implique en el proceso y que tenga una participación activa de colaboración.
La terapia permite mejorar el autoconocimiento personal y la adquisición de nuevos recursos y habilidades, mejorando el afrontamiento de las dificultades del día al día, aumentando así, la satisfacción personal.
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